Territorio de consumo
Unión Europea
¿Por qué territorios?
En el proyecto EPICC utilizamos el concepto de territorio para comprender y debatir cómo aterrizan las cadenas mundiales de productos básicos en tres regiones tropicales de gran diversidad biológica y social del Sur global. Un territorio no es sólo un área demarcada oficialmente por el gobierno como un espacio administrativo limitado, sino la fuente de relaciones ecológicas que tienen lugar en un espacio complejo y político en el que entran en juego conflictos, asimetrías de poder, diferentes niveles de gobierno y gobernanza (incluida la privada y la internacional). Un territorio está impregnado de relaciones socioambientales, construcciones y enigmas sociojurídicos e interconexiones sociobiodiversas.
Unión Europea
La Unión Europea (UE) fue seleccionada como territorio de consumo. Con este término identificamos algo más que la combinación de geografías y actores que reciben los bienes extraídos y/o transformados en las regiones tropicales de EPICC (territorios de extracción presentados anteriormente) y que los consumen o someten a otra fase de transformación. Más bien, los territorios de consumo se entienden como mucho más que una entidad receptora (compradora) de bienes, sino como un bloque político, jurídico, ideológico y económico que ejerce múltiples formas de presión que se reflejan en la forma en que se producen los bienes en otros lugares, se configura la logística y se asigna el valor. Más que un destino final para las mercancías tropicales, la UE es un co-constructor (histórico y presente) de los territorios de extracción y de las dinámicas socio-ambientales que allí tienen lugar.
La Unión Europea es la mayor economía del mundo, el mayor bloque comercial, la primera fuente de inversión extranjera directa y el mayor comerciante mundial de bienes manufacturados y servicios.
La primacía de la Unión es el resultado de un largo esfuerzo de liberalización comercial que inicialmente llevaron a cabo los Estados miembros y que desde 1957 se ha convertido en competencia exclusiva de la Comunidad Económica Europea -en un principio- y de la Unión -desde 1993-. En la actualidad, la Unión Europea tiene 41 acuerdos comerciales con 72 países, entre los que se incluyen Acuerdos de Libre Comercio (ALC), Acuerdos de Asociación Económica (AAE) y Acuerdos de Asociación (AA). Desde 2013 se aplica provisionalmente un acuerdo comercial con Colombia (y Ecuador y Perú), se ha alcanzado un acuerdo político con la región económica de Mercosur (incluido Brasil) y se negocia actualmente un acuerdo comercial con Indonesia.
La historia del liderazgo comercial de la UE es una historia global, un relato que vincula las políticas, prácticas y dinámicas de la UE tanto con la construcción de la economía global como con las dinámicas socioeconómicas y medioambientales que caracterizan a los territorios locales. Esto viene ocurriendo desde hace cientos de años, durante la época colonial, y sigue teniendo repercusiones en los territorios de producción y en la distribución del valor. Por lo tanto, el comercio y las inversiones pueden considerarse una forma de integrar tierras, personas y mano de obra extranjeras en la economía de la UE y en beneficio de la sociedad de la UE, al tiempo que se mantiene la distancia que garantizan las fronteras y jurisdicciones soberanas.
Esta estrecha interconexión y sus implicaciones redistributivas pueden explicarse con tres datos clave:
- el valor de las exportaciones de la UE procede sobre todo de la exportación de productos manufacturados, de valor añadido y de lujo, mientras que el grueso de sus importaciones está representado por las materias primas;
- el mercado de la UE está estrechamente relacionado con la producción de materias primas que tiene lugar en los “países en desarrollo”: excluidos los combustibles, la UE importa más de los países en desarrollo que Estados Unidos, Canadá, Japón y China juntos;
- Si tenemos en cuenta las emisiones producidas por los bienes y servicios consumidos en la UE pero producidos en otros lugares, y las emisiones producidas en la UE por los bienes y servicios consumidos fuera de ella, la UE es un gran importador neto absoluto de CO2.
La importancia de las materias primas del llamado Sur Global (en particular minerales y productos agroalimentarios) y la UE como líder económico mundial son, por tanto, dos caras de la misma moneda. Así lo ha reconocido la Comisión de la UE en su indicación sobre la posición de la UE en el comercio mundial, en la que se deja claro que “Garantizar un suministro sostenible de materias primas es una prioridad clave para la UE [porque] Las materias primas, como los metales y minerales o los materiales de origen forestal, son cada vez más importantes para la economía, el crecimiento y la competitividad de la UE [y] Más de 30 millones de puestos de trabajo en la UE y muchos sectores económicos clave como la automoción, la industria aeroespacial y las energías renovables dependen de un suministro sostenible de materias primas.”
En cuanto a los productos agroalimentarios, Bager y sus colegas han prestado atención a la “deslocalización” de las externalidades medioambientales, en particular la deforestación. Sin embargo, podrían haberse tenido en cuenta otras externalidades socioambientales, que constituyen el núcleo del proyecto EPICC. Para estos autores, la UE se encuentra entre los principales consumidores internacionales de bienes vinculados a la deforestación (las denominadas “materias primas de riesgo forestal” -CRF-). Entre 2015 y 2017, las importaciones de FRC de la UE se asociaron a un riesgo de deforestación anual estimado de 190.000 ha. Esta deforestación incorporada se debió en gran medida a la importación de aceite de palma, soja, productos forestales, cacao y café de un puñado de países. Aunque la cuota relativa de importación de la UE de muchos FRC ha disminuido en los últimos años, las importaciones de la UE han aumentado en cifras absolutas.
El crecimiento económico y el bienestar en la UE, incluido el cambio hacia una economía más “verde” y formas más “sostenibles” de producción y consumo (de alimentos, energía, etc.), dependen por tanto de los procesos de extracción que tienen lugar a lo largo de las cadenas de valor mundiales. Sin embargo, las violaciones medioambientales y sociales que tienen lugar en el otro extremo de la cadena rara vez se asocian a las responsabilidades y conductas de la UE. Del mismo modo, las acciones que se emprenden a escala regional y que presentan a la UE como un actor “responsable” se contradicen con el impacto que la UE tiene fuera de sus fronteras o -como en el caso del Reglamento de la UE sobre productos libres de deforestación- no reconocen la especificidad social, económica y medioambiental de los territorios que se verán afectados por tales decisiones unilaterales.
Territorios de extracción
Región de Tapajós
Brasil
Putumayo
Colombia
Bangka Islas Belitung
Indonesia
Kalimantan Occidental
Indonesia